Opinión

Arroyo, un intendente sin rumbo

por Evaristo Buccico

El intendente que llegó al poder con el discurso de la “honestidad” y la “transparencia”, el director de escuela pública, que llegó de la mano de la juventud, nos mintió y da la espalda a los jóvenes y a la comunidad educativa. Todo el que ha tenido que recurrir a algún funcionario del actual gobierno municipal para solucionar algún tema, se encuentra con las mismas repuestas, nadie sabe quién gobierna.

En la historia de nuestro país, de nuestra provincia y también de nuestra ciudad, hemos tenido gobiernos de distinto tintes ideológicos, pero nunca en 34 años desde la restauración de la democracia hemos tenido una situación de desgobierno tan fuerte. La falta de coordinación del gabinete, la ausencia de centralidad política, la falta de coherencia entre lo que anuncia el propio intendente y cómo actúan las diferentes corrientes que integran cambiemos tanto en el poder ejecutivo como en el legislativo, es evidente.

Muestra de esto es un suceso histórico en la administración pública de nuestra ciudad. En tan solo un año y medio de gestión ya son 30 los funcionarios políticos que han pegado el portazo. Mientras algunos se van, otros desde adentro y fieles a sus conductas poco leales, buscan seguir ganando lugares de poder para ser los “mejores” sucesores de un intendente que ya nadie se esfuerza en defender.

En lo particular en el rol que me toco ocupar al frente de la máxima organización gremial de los estudiantes, la Federación Universitaria Marplatense, tuvimos, a pocos meses de asumido el actual gobierno y después de una serie de “cortocircuitos” con el secretario de gobierno, la oportunidad de sentarnos con el intendente a consensuar un proyecto de Boleto Universitario y Terciario para nuestra ciudad. En dicha mesa de trabajo no solo participó el propio Carlos Fernando Arroyo, sino también sus principales funcionarios, Alejandro Vicente, Vilma Baragiola y el concejal radical Nicolás Maiorano. Todo parecía encaminarse a que este sería un proyecto que impulsado por el propio intendente, (quien decía estar absolutamente de acuerdo con la medida), en pocos meses se haría realidad, pero esto lejos de suceder fue utilizado para sacarse una foto con la organización gremial y todos se desentendieron del tema.

Esto muestra que el intendente no solo no es honesto, sino que ha dejado en claro que no escucha a los jóvenes, los utiliza y mucho menos impulsa medidas para la comunidad educativa. Pero también deja en evidencia a una serie de funcionarios, que lejos de trabajar para solucionar problemas, se esfuerzan en dejar en soledad al máximo representante de los marplatenses, para seguir debilitándolo y perfilarse como los futuros sucesores de un gobierno en franca decadencia.

Por mérito de la organización que me tocó presidir durante dos periodos y el de las dirigentes a las que hoy les toca, con gran lucidez y responsabilidad, continuar y profundizar la batalla por el boleto, tenemos una lucha que está más viva que nunca y que parece cada vez más cercana a ganarse, de la mano de una ley provincial que la gobernadora Vidal aún no ha explicado porque no llegó a implementarse en Mar del Plata.

¿Pero qué mensaje les ha dado el actual gobierno a los dirigentes jóvenes de esta ciudad? Que la palabra empeñada en política no vale nada, que es la representación de las viejas políticas, que nos lleva a una ciudad mediocre, que no soluciona problemas, que poco le importa la educación pública, que los vecinos que con genuina esperanza han decidido apoyar con su voto al intendente han sido defraudados en cada uno de los compromisos de campaña, que la consigna en su caso es “mejor que hacer es decir”.

Esto que nos ha sucedido en el ámbito gremial estudiantil, se repite en cada uno de los escenarios de la política en nuestra ciudad, le sucede a los fomentistas, a las organizaciones sociales, le sucede a los gremios de los trabajadores, nadie obtiene más respuestas que palabras vacías, que compromisos que no se cumplen, que promesas de soluciones que nunca llegan.

Esta ciudad se merece mucho más, mujeres y hombres de diferentes experiencias debemos juntarnos para sacar a nuestra querida ciudad de la mediocridad, para poder `pensar en conjunto como trabajamos por una ciudad que integre, que permita a mas tener una oportunidad de trabajo, de educación, una posibilidad de proyectar una vida. Que la palabra empeñada en política es sagrada y que la única forma de cambiar las cosas es pensando primero en Mar del Plata, que tenemos una responsabilidad histórica con nuestros vecinos y que a diferencia de quienes gobiernan es nuestro deber histórico estar a la altura de las circunstancias.

“Los hombres que no son mediocres nunca se obstinan en el error, ni traicionan a la verdad.” José Ingenieros.

(*): Ex presidente de la Federación Universitaria Marplatense. Dirigente del Partido Socialista.

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